Texto Argumentativo

"La ley de la muerte digna"

¿Quien es dueño de la vida? "Todos afirman y confirman que el estado de la niña es irreversible. Nadie desea que un ser querido se la pase sufriendo" afirmó Selva Herbón, madre de Camila Sanchez, la beba

que generó la ley de "La muerte digna", en diálogo con La Red. Expresó el diario Clarín del mes de abril.

 Todos tenemos derecho a rechazar procedimientos, cirugías y medidas de soporte vital. Estar conectado a un respirador artificial, por ejemplo, nos imposibilita llorar, parpadear o tragar.

 Si dejamos de lado "al conectado" y lo que puede llegar a sentir, también está la postura de la familia, el dolor que causa tener un familiar o un amigo en ese estado.

 Descansar en paz y dejar de sufrir o estar sometido a una serie de tratamientos u operaciones, en casos terminales,  no tiene precio. Si bien una persona conectada a un respirador no puede decidir, invoca decisiones.

 A veces es muy difícil hablar de muerte pero debemos hacerlo porque esta en medio el sufrimiento de una persona y, a veces, el de su familia y seres queridos. Mas allá de las leyes u obligaciones que existan, hay momentos o circunstancias en las que debemos "pensar con el corazón", debemos ponernos en el lugar del otro, en caso de que no pueda elegir, y sabremos lo que la persona haría en esa situación. Pero, si puede hacerlo, tenemos también la obligación de respetar sus decisiones.

Podemos decidir cómo, cuándo y dónde morir, siempre y cuando no perjudiquemos a nadie, ya que nuestros derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás.

 En cuanto a lo religioso, hay que trascender las creencias de cada uno para realizar una elección, de alguna forma u otra, en ninguna religión está presente un mandamiento que establezca que no debemos morir en paz  o descansar eternamente. Aunque en algunas, se cree que es posible la reencarnación, pero mas allá de eso y de cualquier otra cosa, en este mundo todos somos personas capaces y racionales para decidir con madurez y justicia, qué hacer en determinadas situaciones, lo bueno lo malo, lo justo lo injusto, más cuando se trata de alguien a quien apreciamos mucho.

 Por último, tras la aprobación de esta ley, existe la satisfacción de muchas personas que anhelaban el descanso de un ser querido. A fin y a cabo, nuestra vida es nuestra y nadie puede decirnos que hacer con ella.